domingo, 25 de noviembre de 2012

SOY REY (Juán 18, 33b-37)

Los reyes, en tiempos de Jesús, eran las personas más ricas y poderosas e influyentes de su tiempo. Todo el mundo les tenía que hacer caso, y muchos querían ser como ellos.

Los “reyes” hoy en día se pueden llamar de otra manera (Políticos, banqueros, grandes empresarios, famosos...) pero siguen siendo los más poderosos, y modelos a seguir para gran parte de la sociedad...y al igual que entonces también muchas veces imponen su poder por la fuerza, y con frecuencia se traduce en opresión sobre los más débiles.

Frente a esto, Jesús nos dice que también es “Rey”, que vino para eso mismo. Pero la escala de valores de Jesús, que es la base de su reinado, es muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver... tanto que no parece “de este mundo”. Lo hace, además, en el momento que más pueden ponerse de relieve estas diferencias, frente a uno de los más poderosos de su tiempo.

En efecto, en el Reino de Dios, los más importantes son los débiles, y el único “poder” que se ejerce es el de amar más, compartir más, escuchar más... Y este Reino no se impone por la fuerza ni desde arriba: somos llamados a escuchar su palabra y aceptarle como Rey. Es un Reino que se construye desde abajo y Él nos necesita para hacerlo desde la libertad, y desde luego contando con su ayuda.

No es fácil, porque también nosotros tenemos muy interiorizados los valores que están vigentes en este mundo... y muchas veces incluso no podemos evitar tampoco algo de admiración por los poderosos... Pero también, y más aún desde que la crisis que vivimos en esta sociedad, creemos que otro mundo es posible y necesario, y tenemos la esperanza de que con Jesús podemos hacerlo realidad, comenzando por nosotros, si vivimos como él...
S.F.

domingo, 18 de noviembre de 2012

JESÚS ESTA EN ESTA REALIDAD (Marcos 13, 24-32)

Hoy el evangelio nos habla con un lenguaje apocalíptico, sobre el fin del mundo, sobre que el fin del mundo llegara que nada es eterno. Nadie sabe el día ni la hora, solo el Padre. Pero no acaba con incertidumbre, sino que revela una esperanza, todo acabará pero no será sino el umbral de una nueva creación con Jesús Resucitado.

En estos días que vivimos, que también parecen apocalípticos, desahucios, despidos hoy si y mañana también, suicidios causados ante la ausencia de la esperanza, de esa que nos marca el Maestro, familias cercanas, vecinos de portal con tres hijos o mas y que no saben que comerán mañana…

A mi también se me hace difícil creer en sus palabras,  en la venida de una nueva creación, cuando veo familias rotas por los efectos de la crisis;  Familias con incertidumbre, familias que se cuestionan ¿qué será de nosotros el día de mañana?, que se interrogan cada día acerca de cuándo obtendrán  trabajo, de cómo pagar las letras etc.

¿Cómo creer que en esta higuera brotaran otra vez nuevas ramas?… ¿Dónde encontrar esos pequeños gestos de vida que nos evoca la higuera del relato de hoy?

Cierro mis ojos y quiero ver, sentir esa realidad con esperanza, con la esperanza del Resucitado. Y presiento que es posible que empecemos a vivir de otra manera. Lo hago  cuando José, el abuelito que acompaño en mi trabajo, da casi toda la pensión para ayudar a dar de comer a sus nietos, o que Carlos, el pobre maestro solitario,  ofrezca su paga extra para Cáritas y así dar un poco de salida al necesitado.

Cierro mis ojos y agudizo mi oído… De nuevo percibo esa esperanza en los cerrajeros que anuncian en la radio que no se prestaran a abrir las casas de los desahuciados,  aunque con eso pierdan dinero. 

Cierro mis ojos y mi corazón ve, agudizo mi oído y mi alma escucha…percibo que todo ello es la higuera y sus ramas de vida. Son sus tallos los que encuentro, pequeñas cosas que me hacen pensar que una nueva vida es posible gracias al Resucitado, es la esperanza que nos queda; Ayudarnos unos a los otros para salir adelante. Son pequeños gestos que me enseñan que la vida está en gestación, que nuestros esfuerzos por un mundo mejor no se perderán… Jesús esta en esta realidad.

Veo, siento y escucho su esperanza, y mientras acaricio el suave pelo de mi pequeña acostada en mi regazo respiro tranquila, porque sé que Él no nos dejara….
N.B.

domingo, 11 de noviembre de 2012

PEQUEÑOS GESTOS (Marcos 12, 38-44)

Los pequeños gestos provocan importantes consecuencias. Así lo vio Jesús cuando la viuda echó dos reales. Era lo que necesitaba y lo dio. Ese gesto le conmovió. En los tiempos que corren a veces en la calle oímos comentarios o incluso nosotros mismos comentamos que los inmigrantes nos quitan el trabajo, ahora que tanto lo necesitamos. Pero Jesús nos dice: dar lo que necesitéis aunque sea poco. Ponte en la piel del que ha dejado su casa y su familia por un futuro con menos miseria. Se merecen un apoyo, una oferta, una sonrisa,.., Porque si fuera nuestro hijo, nuestra madre, o nuestro hermano,… Ah! Pero si es nuestro hermano.
Por otro lado Jesús critica la superficialidad de los escribas. El aparentar, el prestigio, el ser importante,… Jesús lo echa por tierra. Me paso la vida trabajando, estudiando, intentando destacar para ser alguien. Que equivocada estoy, me olvido de lo importante, lo que hace grande a una persona, sus valores, el ser capaz de escuchar, de acompañar, de ayudar, de perdonar y de amar.
De este evangelio los consejos que recibo son:
·         En el día a día nos cruzamos con vidas anónimas, no nos dejemos seducir por las vidas más glamurosas porque no podremos ver los pequeños gestos de las personas de gran corazón. De estos últimos intentaré aprender.
·         Todo lo que podemos dar al que lo necesita es importante, aunque sea poco, pero siempre es más importante cuando aun dando poco, es lo único que tienes. Recuerdo la semana pasada que fui al cine a ver “Lo imposible” y en una escena estaba el padre buscando a su mujer y a un hijo sin saber si habían muerto. Entonces ve a un señor hablando por el movil y le pregunta si le deja llamar a su casa para comunicarles que estaba vivo y para saber si su mujer se había puesto en contacto también. Y entonces el señor le contesta si está loco, que tiene poca batería e igual la necesita.
A.A.

domingo, 4 de noviembre de 2012

ESCUCHA Y AMA (Marcos 12, 28-34)

Parece fácil comentar este evangelio, pues al menos estos 2 mandamientos nos los han enseñado siempre de pequeños, pero yo hacia mucho tiempo que no me acordaba de los mandamientos en general.

AMAR es un verbo y no soy muy intelectual, pero como todo verbo hay que ACTUAR, en este caso nos lleva a algo muy importante, difícil de explicar y de hacer. De explicar porque es mejor VER lo que significa AMAR y de hacer, por que .........

1.- Para AMAR de verdad hay que darse sin esperar nada a cambio, y eso cuesta.
2.- Para AMAR  a los demás como a uno mismo, primero tenemos que querernos nosotros mismos. Conozco a gente que ama muchísimo, pero luego ellos mismos no se quieren o son los últimos en quererse y no logro entender como se puede hacer eso.
3.- AMAR a los que nos aman es fácil, yo me apunto a eso, pero..... AMAR al distinto, al necesitado, al que me hace daño, creo que para eso no tengo tanto tiempo.

Seguro que podía seguir diciendo cosas por las que se nos hace cada día mas difícil AMAR  a Dios = a los demás, pero......

Poniéndome a pensar en los mas inocentes, en los mas pequeños, pienso en mis hijos y he llegado a la conclusión que estoy todos los días MANDÁNDOLES hacer cosas, (No hagas esto, has esto que es mejor, cuidado, mira que si..... haces) pero he llegado a la conclusión que esto es todos los días, si embargo lo que no es todos los días, es el (Cuida de tu herman@, comparte, ayuda al otro, pídele perdón, no pegues)

Este evangelio nos tiene que servir para recordarnos que Dios esta ahí, que el nos AMA como somos (unos días mejores y otros peores) y por lo tanto nosotros que le AMAMOS debemos hacer lo mismo con nosotros mismos y con los demás y se que no es nada fácil.

Aprovecha este evangelio para pensar en alguien cercano al que hayas dejado de amar y reflexiona, quizás puedas volver A HACERLO se que muchos de vosotros ya lo habéis conseguido.